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En seis meses, el Gobierno contrató créditos por más de $us 955 millones
En seis meses, el Gobierno contrató créditos por más de $us 955 millones
Autoridades dicen que este endeudamiento está dentro de los márgenes de sostenibilidad de la deuda. Analistas continúan alertando de los efectos en las reservas, el déficit fiscal y piden parar los gastos
HACE 4 HORAS
Con nueve leyes aprobadas en la Asamblea Legislativa, el Estado boliviano contrató en medio año, créditos y financiamientos por un monto de $us 955,7 millones para proyectos y programas de turismo, salud, agua, empleo, apoyo presupuestario y un tramo carretero. Cinco analistas económicos alertan que, aunque “endeudarse no es malo”, ven un riesgo financiero por el incremento del endeudamiento en estos tiempos de desaceleración económica, pues puede crecer el déficit fiscal y afectar las Reservas Internacionales Netas (RIN).
Las leyes han sido publicadas por la Gaceta Oficial del Estado en este primer semestre de 2019. El Ministerio de Planificación informó a EL DEBER que el fin último de estos créditos es continuar con los proyectos de inversión pública, que son parte central del Modelo Económico Social Comunitario Productivo (Mescp) pero aclaró que el total de estos montos contratados, no entrarán en su totalidad a la economía boliviana en esta gestión.
“Este endeudamiento se encuentra dentro de los márgenes de sostenibilidad de la deuda externa. Al mes de mayo la deuda representaba el 23,6% de PIB, indicador que encuentra por debajo de los límites de solvencia establecidos por la CAN (50% del PIB) y el Banco Mundial (40% del PIB)”, manifestó la ministra de Planificación, Mariana Prado.
La autoridad descartó que este endeudamiento implique una reducción de las RIN y por el contrario, señaló que “los desembolsos incrementan las RIN, además que el Estado precautela el servicio de la deuda, tomando en cuenta la capacidad y sostenibilidad económica del país”.
Recordó que todo proyecto que se financia con recursos internos o externos, son sujetos a estudios de factibilidad que garantizan los retornos económicos y financieros, asegurando el ‘repago’ de la deuda.
Estado de la deuda
Entre tanto, el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Pablo Ramos, confirmó que la deuda externa boliviana se encuentra en niveles sostenibles y muy por debajo de los límites establecidos por los organismos internacionales y rechazó las críticas de que la deuda externa crece de manera alarmante.
En este sentido, dio cuenta que el 31 de mayo de 2019, la deuda llegó a $us 10.302 millones, por lo que el saldo de las obligaciones contraídas por el país está en 23,6% en comparación con el Producto Interno Bruto (PIB). “El indicador de solvencia de la deuda establece un límite del 50%. Esto refleja un amplio margen de endeudamiento”, sostuvo.
Pero estos porcentajes, relacionados con el PIB, no cuentan los cerca de mil millones de dólares que fueron contratados este año, por el Estado y refrendado por la Asamblea Legislativa.
Uso correcto
Al respecto, el experto Carlos Schlink, sostuvo que el endeudamiento no es malo, siempre y cuando, los proyectos de inversión pública tengan una evaluación económico-financiera positiva.
“De lo contrario, solo estamos inyectando recursos económicos en entidades públicas para que los malgasten, para que se incremente la corrupción y se genere mayor ineficiencia en la gestión pública, como ha ocurrido en la mayoría de las empresas públicas del país, que les siguen inyectando recursos de las RIN y que no se obtiene ningún beneficio para el país, porque son empresas ineficientes”, manifestó.
Efecto en las Reservas
El economista Alberto Bonadona dijo que el endeudamiento es otorgado a Bolivia en dólares y estos a su vez, ingresan a las RIN. “Como las importaciones se pagan en dólares, disminuyen las RIN”, explicó.
Añadió que este tipo de contratos, como forma que predomina, traen jugosas comisiones para los funcionarios involucrados. “Además, por esta misma condición, no hay mayor preocupación por la calidad de los resultados. Finalmente, en este año electoral, hay que mostrar obras sin que importe si durarán o son elefantes blancos”, apuntó.
Con miras a las elecciones
El analista Armando Álvarez resaltó que estos contratos demuestran que el actual Gobierno, no tiene intención alguna de equilibrar las finanzas públicas.
“Ni siquiera en caso de ganar las próximas elecciones. Lo que va a llevar al país, a una situación de alto endeudamiento cuando existen grandes incertidumbres sobre cómo el país generará a futuro, ingresos para pagar las deudas asumidas”, advirtió.
No es el momento
Para el economista Alejandro Arana, no es el momento correcto para endeudarse. “Al igual que las familias, los estados hacen bien en contratar deuda con fines de inversión cuando sus expectativas de ingresos futuros son favorables. Pero las perspectivas para el desempeño económico del país no son auspiciosos”, indicó.
Arana puso en el tapete, de que hay una desaceleración y de acuerdo al reciente informe de Alianza Latinoamericana de Consultoras Económicas (Laeco) ésta se acentuará durante la gestión 2020. Sin duda, el servicio de la deuda tendrá un efecto negativo en las RIN, mientras experimentamos reducción de ingresos por exportación de gas”, detectó.
Déficit fiscal
El investigador de la Fundación Jubileo, René Martínez expresó que el crecimiento de la deuda en los últimos años, ha subido mucho y ya está dando señales de un riesgo a mediano plazo para las finanzas públicas.
“Creemos que hay que contener este crecimiento del endeudamiento y la causa misma que es el déficit fiscal. Hay que analizar con mucho cuidado el déficit fiscal que se ha profundizado y que está por el 8% aproximadamente. Es una señal de que la situación de las finanzas públicas está bastante deteriorada y podría haber problemas a futuro si es que no se realizan ajustes”, finalizó.
Más contratación de deuda
En una entrevista con EL DEBER, la ministra de Planificación, Mariana Prado, manifestó que históricamente, el Estado desembolsa entre $us 1.300 y $us 1.600 millones anualmente y aseguró que ese seguirá siendo el ritmo en que se incrementará la deuda externa.
“Vamos a llegar a un 26% de deuda externa con respecto al PIB. Esa es la previsión que tenemos. Margen muy razonable y bastante sostenible. Y, además, es deuda que se contrata para proyectos de inversión pública”, enfatizó.
Reservas bajaron
En la gestión 2014, las Reservas Internacionales treparon al punto más alto, llegando a sumar $us 15.123 millones a favor de las arcas del Estado.
Desde esa época, producto de la baja de los precios internacionales, la disminución de los ingresos por la venta de hidrocarburos, el pago de la deuda contraída y el aumento de “las importaciones de maquinarias y equipos destinados a dinamizar el aparato productivo”, según el Gobierno, las RIN han ido cayendo a niveles que habían sido observados en las gestiones 2009 y 2010.
La gestión pasada (2018), cerró con $us 8.946,3 millones. El 17 de julio, las cifras cayeron hasta $us 8.142 millones, logrando una recuperación en los últimos días, de $us 8.210 millones al 19 de julio, según la “Información Estadística Semanal” que publica el BCB.
LOS ENTRETELONES
CALIFICACIÓN | El Ministerio de Economía resaltó que el informe de la calificadora Fitch Ratings destacó el manejo de la deuda externa, la sólida posición de las Reservas Internacionales, pese a la disminución.
EL MOTOR ECONÓMICO | Para el Ministerio de Planificación, la inversión pública es uno de los motores de la economía boliviana. Por tanto, el Estado puede seguir endeudándose, siendo que está es la forma en que sostiene el dinamismo de la economía.
MÁS PROYECTOS | El Banco Central de Bolivia manifestó que los desembolsos de la deuda externa se destinan a la ejecución de importantes proyectos que contribuyen al desarrollo económico y social del país.
PROBLEMAS EN LAS FINANZAS | Para la Fundación Jubileo, hay que endeudarse cuando esta deuda lleve a generar retornos que permitan pagar el servicio de la deuda. En el mediano y largo plazo, este aumento va a traer problemas en las finanzas públicas.
INEFICIENCIA PÚBLICA | El analista Carlos Schlink, opinó que no debería seguir endeudándose el Gobierno porque hasta ahora, solo han mostrado ineficiencia. La factura de endeudamiento la multiplicaron 5 veces desde el 2007 y se esta hipotecando el futuro de los bolivianos.
DEUDA PARA LA GENTE | Analistas señalan que con los recursos prestados, solo crean pegas para los funcionarios afines al Gobierno, provocando mayor endeudamiento tanto externo e interno, reducción de las RIN y que en el mediano plazo, la población tendrá que pagar la factura.
Jubileo advierte que probabilidad de éxito del pozo Mayaya en el norte de La Paz es del 10%
Jubileo advierte que probabilidad de éxito del pozo Mayaya en el norte de La Paz es del 10%
El experto en hidrocarburos, Raúl Velásquez, advirtió que Mayaya Centro, se encuentra en una zona no tradicional de exploración y explotación hidrocarburífera es de muy alto riesgo.
El zinc da 5% de regalías y genera 60.000 empleos en el exterior
ANÁLISIS
El zinc da 5% de regalías y genera 60.000 empleos en el exterior
Es urgente que se instale una planta hidrometalúrgica, ya no fundidora, para separar el metal del oro y la plata para exportar el mineral con valor agregado.
Héctor Córdova / La Paz
El mineral que más exporta Bolivia, en peso, es el zinc. Con los precios de este metal, el año pasado, el valor del mineral extraído de los yacimientos bolivianos fue de más de 1.550 millones de dólares, cifra mayor a la registrada por el oro, la plata y el estaño.
Pero el monto que ingresó al país fue menor por los descuentos aplicados en la comercialización de minerales y no de metales; el Estado recibió, como compensación por la extracción de esos recursos extraídos, apenas 76 millones de dólares. En el proceso de comercialización de los minerales, los compradores imponen condiciones desfavorables y aplican descuentos por las “impurezas”; aun si el mineral contiene elementos valiosos, como plata u oro, no pagan por todo el contenido; si en una tonelada de mineral hay cuatro onzas de plata, sólo pagan por una.
El mayor descuento que se aplica es por la denominada maquila, que representa el costo por procesar el mineral para extraer el metal valioso; en este caso el zinc. Así, el país paga el costo de la operación de las fundiciones instaladas en el extranjero, pago que incluye los sueldos de sus empleados, el costo de sus reactivos y otros detalles operativos. Con esta modalidad, se exporta el mineral que genera empleo y bienestar en otros países. Se estima que el mineral de zinc exportado por Bolivia cubre 60.000 empleos anuales en el extranjero.
Los compradores definen, unilateralmente, las condiciones a favor de sus intereses, ellos imponen el costo de la maquila. En 2018, éste estuvo alrededor de 140 dólares por tonelada de mineral, este año fluctuó entre 350 y 380 dólares por tonelada. El descuento, desventajoso para Bolivia, es independiente de la cotización internacional de los metales. Sólo por este rubro, el monto que dejó de percibir el país fue de 150 millones de dólares y este año sobrepasaría los 350 millones.
Esto no termina ahí. El país recibe por la exportación de los minerales una regalía e impuestos sobre las utilidades de las empresas. La regalía es un porcentaje del valor bruto de ventas que depende únicamente de la cotización internacional del metal. Para el zinc, si la cotización internacional supera 0,94 dólares la libra fina ($us/lbf), la regalía será equivalente a 5% del valor bruto de ventas; pero, si baja de esa cotización, la regalía disminuirá proporcionalmente. Actualmente, esta cotización está en franca caída, desde hace varios días. Este comportamiento hace prever que, en poco tiempo, Bolivia recibirá menos de 5%. Considerando la caída de la cotización y si el peso de la producción se mantuviera en el nivel del año pasado, las regalías bajarían de 76 millones a 63 millones de dólares.
Dadas estas condiciones de la comercialización del zinc, lo que más interesa son los impuestos a las utilidades que pagan las empresas (IUE). Si los ingresos bajan por los elevados descuentos (la maquila, que para este año representa más de 30% del valor bruto de ventas), las utilidades también bajan fuertemente y, por tanto, los impuestos. De todo el zinc exportado por Bolivia, 83% corresponde a empresas privadas, 14% a cooperativas y el resto a la estatal Comibol. Como las cooperativas no pagan el IUE, todo el impuesto corresponde a las empresas privadas. El margen de utilidades de las empresas depende, en gran medida, de la maquila que pagan al extranjero. Si sube la maquila, baja el IUE para el país. Las compradoras que definen las maquilas están ligadas a las transnacionales que explotan el mineral, de manera que ellas no pierden y el país acaba pagando su bienestar.
Urge procesar el zinc en el país
¿Cómo puede liberarse al país de estas condiciones injustas? Lo más adecuado sería procesar el mineral en el país, financiando así miles de empleos, se estima que podrían ser más de 100 mil fuentes de trabajo; y si se fabrican los insumos necesarios dentro del país, el beneficio puede multiplicarse aún más. Esta medida no supone fundir los minerales. Ahora hay tecnologías mucho más amigables con el medioambiente, más baratas y más eficientes en el manejo de los productos y subproductos que asegurarían un resultado favorable para el país. Las fundiciones están en retroceso por varios factores y la hidrometalurgia gana espacio, es el caso de los últimos desarrollos metalúrgicos en el mundo.
Una tecnología que fue ofrecida a Comibol, el año pasado, demostró que puede lograr que Colquiri, en lugar de recibir 500 dólares por tonelada de concentrado de zinc, podría recibir 2.000 dólares con una inversión menor a 40 millones de dólares. Como cada año vende 30.000 toneladas de mineral, recibiría 45 millones de dólares más en cada gestión.
Los más de 350 millones de dólares que transfiere el Estado al extranjero, cada año, podrían servir para montar plantas procesadoras en el país; esto no puede ser hecho de manera abrupta, es imprescindible elaborar un plan que impida bloqueos internacionales y logre accesos a los mercados de los productos. En 2010, el Gobierno tenía una buena idea; pero la estrategia para su aplicación no condujo al objetivo. Se había decidido montar dos plantas de procesamiento de zinc, una en Oruro y otra en Potosí, para tratar el 20% de la producción nacional. Debían ser plantas hidrometalúrgicas, no fundiciones.
El presupuesto de su construcción fue estimado en 500 millones de dólares. El financiamiento debía provenir de las constructoras. La obra debía ser entregada llave en mano, partiendo de cero. Es decir, la empresa que se adjudicara tenía un trabajo múltiple y una responsabilidad gigantesca: definir la tecnología, hacer la ingeniería del proyecto, determinar la ubicación de las plantas, construirlas y ponerlas en funcionamiento, además de financiarlas.
Después de varias licitaciones, no se hizo. La normativa generó obstáculos sobre el tema de garantías, la forma de pagar al proponente, la forma en que el Estado asumía la deuda y la disponibilidad de presupuesto. El freno mayor estuvo en los intereses que hubieran sido afectados por las dos plantas, es decir, las transnacionales que se financian con el mineral boliviano y que son dueñas de fundiciones, minas y comercializadoras.
Cuando se lograron procesar los concentrados de estaño en la fundición de Vinto, hace casi 50 años, tres fundidoras en el extranjero cerraron. Esto puede repetirse en el caso del zinc, de ahí la resistencia externa; por eso, la estrategia debe ser diferente. Las plantas deben ser hidrometalúrgicas, como decidió el Gobierno. En el congreso de la Sociedad de Minería, Metalurgia y Exploración de EEUU, una empresa presentó una tecnología que ataca las raíces de esas dificultades y que las supera. Todo esto para mostrar que el mundo avanza y que es una preocupación de investigadores.
Analista de Fundación Jubileo
Gobierno explorará Mayaya y Copoazú para potenciar La Paz
Gobierno explorará Mayaya y Copoazú para potenciar La Paz
Se invertirá 114 millones de dólares para descubrir las reservas de gas y petróleo del departamento; para ello se perforarán dos pozos en el norte de La Paz.
Lidia Mamani / La Paz
Con la exploración de los pozos Mayaya Centro X1 IE y Copoazú X1 IE, ambos en el norte del departamento, el Gobierno busca convertir a La Paz en la quinta región productora de hidrocarburos, afirmó ayer el viceministro de Planificación y Desarrollo Hidrocarburífero, Carlos Quispe.
“Esperamos que el potencial gasífero que tiene el norte de La Paz pueda desarrollarse, hemos identificado 30 TCF (trillones de pies cúbicos) que se encontraría en zonas como Madre de Dios y el subandino norte. Con estas tareas vamos a conseguir mayor información y así en el futuro no muy lejano podremos constituir a La Paz como el quinto departamento productor de hidrocarburos”, anunció la autoridad en entrevista con Panamericana.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ejecutará en este año estudios estratigráficos en los pozos Mayaya Centro y Copoazú, donde se tiene planeado perforar hasta los 5.500 metros. Las tareas de exploración demandarán una inversión que superará los 114 millones de dólares, dijo Quispe.
El viceministro manifestó que estas actividades y proyectos del sector hidrocarburífero permitirán “abrir un horizonte económico estratégico” en el departamento de La Paz, para generar nuevas oportunidades laborales y recursos económicos que beneficien a toda la región.
Sobre el mismo tema, el vicepresidente Álvaro García Linera, durante los actos de celebración por los 210 años del grito libertario de La Paz, manifestó ayer que la zona donde se prevé llevar a cabo la exploración está en la franja geológica en la que se encuentran aprisionadas reservas de gas y petróleo ubicadas en Perú, Bolivia e incluso Argentina.
“Vamos a volver a insistir este año y se volverá a perforar un nuevo pozo en el norte de La Paz, en la búsqueda de gas y petróleo que pueden mejorar las regalías y el IDH para el departamento y el país”, señaló García Linera.
El Vicepresidente anunció que en los siguientes días se organizará un acto en Mayaya, para anunciar la inversión de 76 millones de dólares en la perforación de un pozo de 5.400 metros de profundidad. “Vamos a rogar a la Pachamama que ahora sí lleguemos no al borde, sino a la bolsa donde hay el petróleo y el gas. La Paz para adelante con la exploración de hidrocarburos”, indicó.
Punto de vista
RaÚl Velásquez Investigador de Jubileo
El riesgo está en perder la inversión
La exploración de hidrocarburos es una actividad de riesgo, es decir, puede o no ser exitosa. Si bien a mayor información se reduce el riesgo, éste no deja de existir hasta que se termina la perforación del pozo y se establece la existencia o no de hidrocarburos.
Es importante que este aspecto sea bien valorado por parte de las autoridades, a fin de no repetir errores como los del pozo Boyuy o Lliquimuni, en los que las autoridades hicieron anuncios con objetivos políticos más que técnicos.
El riesgo implica no sólo no encontrar hidrocarburos, sino perder la inversión incurrida. En el caso de la exploración en áreas donde no existen campos en producción, como es el caso del norte del país, la inversión en pozos no exitosos no puede ser considerada costo recuperable para las empresas, por lo que éstas asumen el riesgo.
Sobre el norte, hay estudios que sugieren la probabilidad de que existan hidrocarburos, sin embargo, sólo mediante la exploración se puede confirmar o no dicha estimación.
El caso Lliquimuni y la exploración en las zonas no tradicionales
En marzo de 2016, YPFB admitió que las operaciones en el proyecto Lliquimuni Centro X-1, ubicado en el norte de La Paz, culminaron con el hallazgo de volúmenes hidrocarburíferos “no comerciales”, es decir, fue negativo. YPFB Petroandina SAM inició operaciones en 2009, ejecutó trabajos de sísmica 2D en el área Lliquimuni, comunidad Las Delicias.
Fue el primer pozo exploratorio en una zona no tradicional en hidrocarburos. Por la búsqueda se calcula que se gastaron al menos 150 millones de dólares.
Aparte de los gastos de perforación, también se construyeron los caminos de acceso y las planchadas; se rehabilitó la ruta departamental Bella Vista-Suapi-Sararia, en Alto Beni, que facilitó la logística y el traslado de equipos de excavación y de materiales e insumos. Luego se alquiló el equipo de perforación de 2.000 HP (caballos de fuerza).
En 2011, el Gobierno anunció que Lliquimuni tenía un potencial de 50 millones de barriles de petróleo y un trillón de pies cúbicos de gas (TCF), pero esos recursos no fueron confirmados.
En enero, el presidente de la petrolera estatal, Óscar Barriga, informó que desde 2012, YPFB realiza una serie de estudios, entre ellos de sísmica en el norte de La Paz, con el propósito de ubicar recursos hidrocarburíferos.
Entonces indicó que este año se iba a perforar dos pozos estatigráficos (estudio e interpretación de las rocas), con el objetivo de evaluar si la información que se recopiló es adecuada o no.
YPFB informó que se volvería a organizar tareas de exploración en zonas no tradicionales como La Paz, Beni y Pando, con el objetivo de incrementar y reponer las reservas de hidrocarburos.
Entre 2016 y 2017, el Ministerio de Hidrocarburos y YPFB iniciaron labores para encontrar petróleo o gas natural. Apuntaban a explorar al menos 10 áreas de interés en La Paz, además de ejecutar tareas en Beni y Pando.
La soya paceña tiene el “mercado asegurado”
El vicepresidente Álvaro García Linera exhortó a los paceños a producir soya en el norte del departamento, ya que ese producto luego será procesado y comprado por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Aseguró que los contratos que tengan con la estatal incluso les servirá de garantía para acceder a créditos bancarios.
“Hemos acordado con productores cruceños que el siguiente año una parte de la soya que producen le venderán a YPFB a mejor precio que en el extranjero. Ahora compramos 2.000 millones de litros de diésel, pero lo queremos sustituir por biodiésel, fomentando la agricultura pequeña, campesina, comunitaria; le compraremos a los productores cruceños, pero también le queremos comprar al paceño, ellos tienen que producir. Aquí hay mucho dinero y mercado asegurado”, manifestó durante la sesión de honor para conmemorar los 210 años de la gesta libertaria de 1809.
La autoridad mencionó que la producción que se siembre en el norte de La Paz no tendrá que buscar vías de salida, como en la actualidad sucede con los agroindustriales de Santa Cruz, sino que la petrolera estatal lo recogerá desde la plantación.
“YPFB será su mercado seguro de por vida, 10, 20, 40 años, la garantía para prestarse del banco te lo dará YPFB con el contrato suscrito y comprar toda la soya que quieran producir, es un negocio redondo, los benianos los quieren hacer, ¿por qué no lo hacen los paceños?”, apuntó.
Además criticó que se critique la siembra a gran escala, bajo argumento de que se gastará más combustible en la producción.
Exportaciones crean divisas para importación
Exportaciones crean divisas para importación
> Gobierno aceptó que la producción nacional tiene demanda internacional, y ahora toca facilitar la venta a los mercados mundiales para generar mayor valor agregado, así como divisas para el país
Las exportaciones son importantes para el país porque generan divisas para que el mercado nacional pueda importar productos o servicios, por eso los consumidores internacionales son importantes para la producción nacional, reflexionó el analista económico, Mauricio Medinaceli.
La reflexión lo hizo en el programa Pentágono de canal 13, hace un par de semanas, en donde participaron también el economista José Gabriel Espinoza, el analista energético Francesco Zaratti y Juan Carlos Nuñez, director de la Fundación Jubileo.
“Si nosotros no exportamos no tenemos divisas, y nos quedamos solo con nuestros billetes en el mercado interno y no se genera valor”, afirmó Medinaceli a tiempo de reiterar que las exportaciones son claves para desarrollar el país.
Entretanto, Zaratti mencionó que las ventas de Bolivia al mercado externo alcanzaron a 9.000 millones de dólares, de ellos 4.000 millones corresponden a minería, que entra dentro de las medianas y con empleo lícito, pero no renovable y tampoco amigable con el medioambiente.
El segundo lugar ocupa el sector hidrocarburos, que no es amigable con el medioambiente y generan poco empleo; y el resto corresponde a los productos no tradicionales, es decir 2.000 millones, agregó.
Al respecto, Espinoza aclaró que de los 2.000 millones de dólares que corresponden a los no tradicionales, 1.000 millones corresponden a la soya, y este ya es un commoditie y su precio en el mercado internacional pesa mucho en el mercado interno.
Dijo que el 2018 el precio de la soya estaba mejor que en similar período de 2019, y apuntó que Bolivia siempre fue considerado primario exportador, y la historia no cambió en los últimos años.
Mientras tanto, Nuñez dijo que el país no cambió su modo de producción desde los años 60, y además la generación de valor agregado requiere el uso de alta tecnología, y esta viene con conocimiento, con formación del capital humano. “El capital humano es importante para hablar de diversificar la economía del país”, resaltó.
APERTURA
En reiteradas oportunidades el Gobierno dijo que no requiere del mercado internacional para crecer, sino el interno, y su modelo apuesta a la inversión pública y a los ingresos por la venta de materias primas.
Los años de bonanza de los precios de las materias primas generaron ingresos importantes para Bolivia por la venta de minerales y gas a Argentina y Brasil, sin embargo a partir de 2015 la situación cambió y el crecimiento y los recursos disminuyeron.
Sin embargo, ahora el Gobierno entendió al parecer la importancia de las exportaciones. Aceptó liberar el 60 por ciento de la producción de soya para la exportación, abre mercados de China y Rusia, y también mira a Perú y Paraguay.
En el caso de China, ya se anunció que hasta agosto se pretende enviar la primera partida de carne, y el sector ganadero anuncia que la misma puede alcanzar hasta finales de año las 40.000 toneladas.
GOBIERNO
Entretanto, el canciller Diego Pary afirmó que el Gobierno encara “sin condicionamientos” políticos, los desafíos que tiene el comercio exterior boliviano ante el aumento de la demanda de productos tradicionales y no tradicionales que oferta el país a mercados internacionales, según ABI.
“Los mercados se abren cada vez más para Bolivia, los mercados cada vez están siendo mucho más receptivos a los productos bolivianos, pero lo importante es que nuestros productores produzcan (...), una vez que nuestro mercado interno esté satisfecho, podemos pensar en la exportación de todos los productos”, explicó.
En una entrevista con la Red Patria Nueva, Pary confirmó que Estado Unidos amplió la cuota de importación del azúcar boliviano hasta 9.663 toneladas para 2019.
“Si bien tenemos profundas diferencias políticas con el gobierno de Estados Unidos (...), tenemos un diálogo permanente con sectores empresariales, con otros actores (...). Este año tenemos una sobreproducción de azúcar y por primera vez hemos logrado, en un diálogo directo y sin condicionamientos con Estados Unidos, lograr ampliar nuestro cupo para la exportación del azúcar”, refrendó.
En 2018, los ingenios del país lograron una producción superior a los 12 millones de quintales de azúcar, superando por mucho los 9 millones que requiere el mercado interno, informó el sector azucarero.
“También es importante destacar que ha sucedido lo mismo con Chile. Bolivia tiene un cupo de 7.000 toneladas para exportar azúcar a Chile, nunca se activó esas 7.000 toneladas de exportación y ahora, para este año, se han activado”, agregó Pary.
Mujeres de guarda bocaminas viven en condiciones de extrema pobreza en el Cerro Rico
Mujeres de guarda bocaminas viven en condiciones de extrema pobreza en el Cerro Rico
https://www.youtube.com/watch?v=CdDZAkotzIU&feature=youtu.be
Potosí, 28 jun 2019 (ATB Digital).- Un estudio realizado por la Fundación Jubileo en el Cerro Rico de Potosí, devela las condiciones precarias en las que trabajan las guardas bocaminas, mujeres que tienen la misión de cuidar los accesos a las galería y las herramientas de trabajo en las minas. Los cuartos en los que habitan están construidos al lado del ingreso a las bocaminas, un espacio de aproximadamente 12 y 16 metros cuadrados donde conviven entre 5 a 6 personas. No cuentan con seguro de vida, estabilidad laboral, trabajan 24 horas al día, los 7 días a la semana y su salario mensual va de 300 a 500 bolivianos.
Develan que las palliris viven en condiciones de pobreza en Potosí
Develan que las palliris viven en condiciones de pobreza en Potosí
Las palliris que realizan la palla son consideradas socias de las cooperativas.
La minería del Cerro Rico de Potosí generó fortunas y sigue siendo bastión de la economía regional pero en medio de esa vorágine productiva, las mujeres palliris solo cogen las migajas de esa actividad.
Un estudio de Fundación Jubileo destaca la cortina de humo que cubría a la actividad de quienes tienen la misión de cuidar los accesos a las galerías y herramientas de trabajo en las minas del Cerro Rico de Potosí.
El trabajo presentado ayer en la Villa Imperial señala que actualmente existen mujeres guarda bocaminas que viven en extrema pobreza sin acceso a los servicios básicos y a un pago inferior al mínimo nacional, señala el informe.
“La presencia de las mujeres en esta actividad (minería) refleja la lucha por la supervivencia de sus familias y de la suya propia. La minería se ha constituido, para ellas, en una alternativa económica de subsistencia, obligadas a desarrollar actividades mineras limitadas por factores de creencias, cultura y, fundamentalmente, por el lugar que ocupan en la cadena productiva, lo que les genera ingresos económicos bajos e insuficientes para acceder a condiciones de vida dignas”, señala el documento.
"Las condiciones en las que viven las guardas son muy pobres y precarias, los cuartos que habitan están construidos al lado del ingreso a las bocaminas, en un espacio aproximado entre 12 y 16 metros cuadrados, con material rústico de adobe, piedra y calamina, todas tienen piso de tierra", se remarca.
Se apunta que las casuchas pertenecen a los socios de las cooperativas; las familias viven en un alto grado de hacinamiento, pues conviven un promedio de 5 a 6 personas en estos espacios limitados, sumado a ello, esta habitación, en algunos casos, también sirve como depósito para guardar las herramientas y explosivos de los trabajadores mineros, lo que hace que haya mayor inseguridad para las mujeres y sus familias, especialmente los niños.
Con cuatro hijos en promedio, las mujeres de las minas viven sin agua potable por tubería, sin acceso a sistema de alcantarillado y con una serie de limitaciones que hacen de sus condiciones de vida una de las más precarias del país.
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Palliris existirían en los sectores denominados La Plata, Caracoles y Robertito en el Cerro Rico de Potosí.
Ganan entre 500 a 1.000 Bolivianos
Las mujeres que trabajan para cooperativistas mineros perciben en promedio entre 500 a 1.000 Bolivianos y una sola de ellas percibe un ingreso de 1.500 Bolivianos.
Actualmente el salario mínimo nacional es de 2.121 Bolivianos pero esas mujeres que trabajan las 24 horas al día, los 7 días a la semana no acceden nisiquiera a ese monto.
Se intentó obtener la versión del Director Departamental de Trabajo, Evert Ruiz, respecto al incumplimiento del pago del salario mínimo nacional pero estaba en una reunión.
"En caso de pérdida de algún equipo o herramienta de trabajo, ellas, asumen toda la responsabilidad, teniendo que pagar con el salario que perciben. En circunstancias extremas donde ya no perciben remuneración, el trabajo de cuidar la mina se desarrolla en una condición de servidumbre, muy bochornosa para el ejercicio de derechos", destaca el reporte.
El documento de la Fundación Jubileo muestra el drama que viven las mujeres guarda minas y llama al accionar de las autoridades del área social y económica.
Vaca Muerta mejora producción y Bolivia deberá bajar sus precios
Vaca Muerta mejora producción y Bolivia deberá bajar sus precios
Las empresas que operan el campo argentino aceleran la producción del energético, lo que supone una baja en los costos que afectará a Bolivia, según expertos.
Lidia Mamani / La Paz
La explotación no convencional de hidrocarburos en la formación geológica de Vaca Muerta, Argentina, sumó esta semana un nuevo récord de etapas de fractura, lo que aceleró su producción de gas, bajó sus costos y, a futuro, obligará a Bolivia a competir en el mercado a precios más bajos, según el análisis de expertos.
La nueva marca de etapas de fractura se registró en el bloque Bajada del Palo Oeste, donde las petroleras alcanzaron 11 etapas en 24 horas, y superaron las 7,6 etapas en un día, alcanzadas hace un mes, reportó Río Negro.
Al respecto, el exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, explicó que Argentina ya no necesita descubrir el shale gas (gas de lutitas) que hay en la cuenca neuquina, sino sólo producirlo, lo que hace que sus costos de producción bajen y, por lo tanto, el gas producido y ofrecido al mercado sea menos costoso.
“Para que el gas boliviano llegue al país vecino tiene que ir a competir con el precio bajo de Argentina. No estamos diciendo que no podrá competir, sino que ya no podremos tener precios elevados como antes, porque hay varios productores que extraen gas y cada vez son más competitivos, incluso pueden llegar hasta el nivel de Estados Unidos”, manifestó Ríos.
Eso significa que el gas de Vaca Muerta ahora puede llegar a Chile, Brasil, abastecer a la misma Argentina e incluso ser exportado a otros continentes mediante el Gas Natural Licuado (GNL).
“Esta competitividad sin duda le impacta a Bolivia porque el país tiene que ir a competir en el mercado argentino con este gas producido en Vaca Muerta, que ya no hay que descubrirlo y esa es la gran diferencia con el gas boliviano, que es competitivo, pero hay que descubrirlo. El efecto para el país será que los ingresos que se percibirán por la exportación van a ser menores, por los bajos precios”, sostuvo.
Agregó que luego de 2020, cuando concluya la cuarta adenda suscrita con el mercado argentino, en febrero de este año, la negociación que se haga será sobre la base de los costos de producción que tengan las empresas que operan en Argentina.
El investigador de la Fundación Jubileo Raúl Velásquez coincidió al mencionar que las empresas que operan en Vaca Muerta, al igual que en el presal de Brasil, hicieron fuertes inversiones en tecnología y eso les permitió abaratar costos que cada vez vienen a ser menores.
“Para Argentina lo complejo ya pasó, por lo tanto, los precios de los costos tienden a disminuir y subir las ganancias de las petroleras; lo mismo sucedió con el presal al explorar las capas salinas para llegar al reservorio. En ese sentido, el gas boliviano tendrá que competir con los dos países que eran nuestros mercados y ahora son competencia”, dijo.
Velásquez recordó que a estas alturas lo ideal hubiera sido que los acuerdos que se anunciaron con Perú o Paraguay se hubiesen hecho efectivos hace cinco años, para estar en mejores condiciones a las negociaciones que se tendrán con Brasil y Argentina.
El experto consideró que las autoridades ya no pueden seguir con el discurso de que “Bolivia es el corazón energético de la región”, cuando la producción de Brasil está en crecimiento, lo mismo que la de Argentina, mientras que, en la actualidad, las reservas del país tienden a decrecer, puntualizó.
Potencial argentino
- Campo Vaca Muerta es la principal formación de shale (tipo no convencional de gas) en Argentina. El campo está en la Cuenca Neuquina, al sudoeste del país, y tiene una superficie de 30.000 kilómetros cuadrados, de los cuales YPF posee la concesión de más de 12.000, según medios locales.
- Reserva Los estudios realizados en el yacimiento permitieron confirmar que Vaca Muerta tiene un potencial para la obtención de gas de unos 308 trillones de pies cúbicos (TCF), además de contar con recursos importantes de petróleo.
- Inversión La estatal YPF y Chevron, además de Total y Royal Dutch Shell en ocho años invirtieron 13.000 millones de dólares, sólo para la fase de exploración del campo.
Bolivia está a meses de llegar a los 11,5 millones de habitantes, según el INE
Bolivia está a meses de llegar a los 11,5 millones de habitantes, según el INE
El Gobierno central afirma que el crecimiento está bajo control. Expertos aseguran que va a tener que mejorar las políticas para evitar la masiva migración a las zonas urbanas y dotarles de una mejores condiciones laborales y habitacionales
HACE 23 HORAS
Solo falta el nacimiento de 35.000 personas más para que lleguemos a ser 11,5 millones de bolivianos. Y eso se va a dar en los próximos meses, según la tasa de crecimiento anual de 1,42%, prevista por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en base al Censo de Población y Vivienda realizado en 2012. El Gobierno central afirma que este crecimiento está bajo control.
Expertos aseguran que va a tener que mejorar las políticas para evitar la masiva migración a las zonas urbanas y dotarles de una mejor calidad de vida, condiciones laborales y habitacionales.
El portal web del INE calcula que hasta el anterior miércoles (19 de junio), éramos 11.465.000 personas. Los datos más específicos dan cuenta que en el eje central, la población sigue creciendo y significa un 72% del total de habitantes. La Paz tiene 2,9 millones, Cochabamba 1,9 millones, mientras que el departamento de Santa Cruz concentra 3,3 millones. En total, son más de 8,2 millones en el eje troncal. Y esa tendencia continuará. El ente estatal también muestra que la migración nacional ha ido decreciendo en los últimos años. De 2,68% el 2012 al 1,51% este 2019. La población denominada ‘económicamente activa’ (entre 15 y 59 años), hasta este 2019 es de 6,7 millones.
Reto y oportunidades
Para el Gobierno, este crecimiento poblacional representa un reto y una serie de oportunidades. Según la ministra de Planificación del Desarrollo, Mariana Prado, desde la perspectiva de que como Estado se tiene que garantizar la provisión de servicios públicos a mayor cantidad de población, que demanda más educación, alimentos, seguridad social, transporte.
“Es un reto ver cómo proveer los servicios y seguir garantizando que la gente tenga una buena calidad de vida. Pero también resulta una oportunidad porque se convierten en potenciales consumidores de bienes y servicios, potenciales trabajadores, fuerza laboral que se incorpora a nuevas actividades en la economía.
En economía, la medida que se usa es tener un crecimiento económico por encima del crecimiento de la tasa poblacional. Y en eso estamos. La tasa de crecimiento ha estado alrededor del 1,4% y nuestro crecimiento económico anual está en promedio entre un 4,7% y un 5%. Entonces, ahí es posible ganar esa brecha que genera riqueza, que genera ahorro. Estamos listos”, manifestó la autoridad. Para Prado, Bolivia es un país con una extensión territorial grande y con la cantidad poblacional hay un espacio de crecimiento aún posible que hay que sostener. Recordó que existe un programa de asentamientos para que la gente, que es la fuerza y el motor de una economía, vaya a permanecer a otros lugares del país.
Santa Cruz capta migración
Si se habló de concentración en las zonas urbanas, Raúl España, director del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), señaló que el departamento de Santa cruz es la región con más habitantes y el principal captador de población migrante.
“El eje central sigue siendo, además de ser el eje económico del país, el que concentra la mayor parte de la población, aunque el departamento que mayor porcentaje ha incrementado su población es Santa Cruz; no solo por el crecimiento demográfico natural, sino porque el occidente está expulsando población y Santa Cruz lo está captando”, expresó. Dijo que la gente migra más que todo con la expectativa laboral, de encontrar empleo, de hacer negocio.
En tanto que la migración hacia occidente, que es a menor escala, hacia La Paz tiene que ver con los estudios, el trabajo y la dinámica política, especialmente. Por otro lado, observó que hay un proceso de migración del campo y las ciudades. “Estamos por encima del 60% de la población urbana respecto a la rural. Y esto es cada vez mayor.
Pese a que con la coparticipación tributaria y el proceso de ‘municipalización’, los municipios ya reciben recursos propios y pueden generar dinámicas propias. Esto explica mucho este proceso de crecimiento de la población urbana”, añadió. Propuso generar políticas orientadas a la dinamización cada vez mayor de concentraciones urbanas intermedias, lo que significaría una política tendiente a trabajar en una mejor municipalización del país y mejorar la calidad de los servicios, que le haría bien a este proceso de contención de la migración.
Población activa
Por su parte, el investigador de la Fundación Jubileo, Jaime Pé- rez, sostuvo que las autoridades encargadas de hacer políticas públicas tendrían que prestar mucha atención en la población de entre 15 y 59 años, que es la potencialmente activa. “Está creciendo. En 2012, el 57% de la población tenía esta edad y actualmente casi llega al 59%. En números estaríamos hablando de una población de 6,7 millones de personas potencialmente activas”, señaló Pérez.
El ejecutivo expresó que esto es fundamental porque quiere decir que en este periodo Bolivia se está caracterizando por tener un gran potencial de mano de obra y hay que aprovecharlo “porque este crecimiento, según las proyecciones, será hasta el 2030 y a partir de ahí, decrecerá y lo que se incrementará será la población adulta mayor de más de 60 años”, advirtió.
En ese sentido, señaló que este crecimiento debe tener una característica de mucho cuidado, ya que se tiende al envejecimiento y va a haber un cambio en las características de la población en poco más de 11 años.
Por último, Pérez explicó que el mayor incremento será en la población potencialmente activa, entre 15 y 59 años, y este Gobierno y los futuros gobiernos deberían tener políticas específicas de atención a esta población para dotarle de un empleo de calidad, formal que le permita vivir dignamente. “Si las condiciones actuales que tenemos, con la cantidad de la población, serían similares dentro de los próximos cinco años, estaríamos en una situación muy preocupante”, finalizó
Renta Dignidad, su aumento y la sostenibilidad en año con déficit
René Martínez Céspedes / La Paz
El Gobierno anunció el incremento de 50 bolivianos mensuales para el pago de la Renta Dignidad a sus beneficiarios. Esta decisión se aplica en un contexto de déficit fiscal, con una tendencia de gastos que se incrementan e ingresos que se reducen, lo que pone en duda la sostenibilidad de su financiamiento.
Autoridades económicas del Gobierno comprometieron que desde julio de 2019 el pago mensual de la renta subirá de 300 a 350 bolivianos para los no rentistas y de 250 a 300 bolivianos para los rentistas. En suma, los beneficiarios llegan a un millón de personas en el país.
Según la presentación del Presupuesto General de la Nación 2019, inicialmente se tenía contemplado un monto total de 3.936 millones de bolivianos para el pago de este bono. Se estima que el incremento de la Renta Dignidad significaría, en adelante, un costo adicional de más de 700 millones de bolivianos anuales.
Los bonos, como un avance social, más aún si contribuyen a reducir la pobreza, deben tener un financiamiento que esté garantizado, más allá de las coyunturas económicas. Esta es una responsabilidad de quienes administran el Estado.
En el actual contexto económico el país atraviesa por un déficit fiscal y este beneficio se financia básicamente con ingresos de la venta de recursos no renovables –como el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH)- los cuales han caído en los últimos años.
Este bono, a pesar de que no estaba comprendido ni en el Referéndum del Gas (2004) ni en la Ley de Hidrocarburos (2005) que creó el IDH, de acuerdo con la Ley de la Renta Dignidad (2007), es financiada principalmente con el 30% del IDH de los recursos asignados a gobernaciones, municipios, Fondo Indígena y Tesoro General de la Nación (TGN).
Desde su creación, el año 2007, la Renta Dignidad ha tenido diferentes incrementos y ampliaciones, como la inclusión del aguinaldo. En los primeros años de implementación y durante la pasada temporada de bonanza, los recursos del IDH fueron suficientes para cubrir este beneficio, e incluso se acumuló un fondo; pero desde la caída de los ingresos por la venta del gas, el 30% del IDH que se destina a este beneficio ya no alcanza.
Como cualquier otro bono, la Renta Dignidad es un gasto corriente; además, es recurrente e inflexible a la baja, es decir que no se puede reducir ni dejar de pagar. Este tipo de gastos debieran ser financiados con ingresos que provengan de fuentes sostenibles y estables en el tiempo y que no depende de recursos no renovables (perecederos) con precios volátiles.
Una evidencia de que el IDH no alcanza para el pago de este beneficio son las declaraciones del Gobierno respecto a que el incremento de la Renta Dignidad será cubierto con recursos del TGN.
Sin embargo, aquí se presenta un problema, el sector público se encuentra en déficit desde el año 2014, y específicamente el Tesoro General de la Nación (que son los recursos que administra el nivel central, principalmente provenientes de impuestos) también está en déficit.
En su momento, cuando el Estado tenía superávit, tenía que haberse dado sostenibilidad al financiamiento de este importante beneficio, y a las finanzas públicas en general, en el marco de reformas fiscales.
Pero la tendencia en el incremento de gastos del sector público sigue en ascenso, el déficit se va profundizando, lo que
conlleva a generar mayor endeudamiento. A mediano plazo, la situación es insostenible y será más complicado atender las necesidades de la población más vulnerable.
La Renta Dignidad o Renta Universal de Vejez fue establecida mediante Ley 3791, de noviembre de 2007 (reemplazando al Bonosol creado en 1996), en el gobierno del presidente Evo Morales. Se trata de un pago vitalicio a todos los bolivianos residentes en el país mayores de 60 años.
René Martínez Céspedes, Analista de Fundación Jubileo