Develan que las palliris viven en condiciones de pobreza en Potosí
Fuente: | El Potosí |
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Develan que las palliris viven en condiciones de pobreza en Potosí
Las palliris que realizan la palla son consideradas socias de las cooperativas.
La minería del Cerro Rico de Potosí generó fortunas y sigue siendo bastión de la economía regional pero en medio de esa vorágine productiva, las mujeres palliris solo cogen las migajas de esa actividad.
Un estudio de Fundación Jubileo destaca la cortina de humo que cubría a la actividad de quienes tienen la misión de cuidar los accesos a las galerías y herramientas de trabajo en las minas del Cerro Rico de Potosí.
El trabajo presentado ayer en la Villa Imperial señala que actualmente existen mujeres guarda bocaminas que viven en extrema pobreza sin acceso a los servicios básicos y a un pago inferior al mínimo nacional, señala el informe.
“La presencia de las mujeres en esta actividad (minería) refleja la lucha por la supervivencia de sus familias y de la suya propia. La minería se ha constituido, para ellas, en una alternativa económica de subsistencia, obligadas a desarrollar actividades mineras limitadas por factores de creencias, cultura y, fundamentalmente, por el lugar que ocupan en la cadena productiva, lo que les genera ingresos económicos bajos e insuficientes para acceder a condiciones de vida dignas”, señala el documento.
"Las condiciones en las que viven las guardas son muy pobres y precarias, los cuartos que habitan están construidos al lado del ingreso a las bocaminas, en un espacio aproximado entre 12 y 16 metros cuadrados, con material rústico de adobe, piedra y calamina, todas tienen piso de tierra", se remarca.
Se apunta que las casuchas pertenecen a los socios de las cooperativas; las familias viven en un alto grado de hacinamiento, pues conviven un promedio de 5 a 6 personas en estos espacios limitados, sumado a ello, esta habitación, en algunos casos, también sirve como depósito para guardar las herramientas y explosivos de los trabajadores mineros, lo que hace que haya mayor inseguridad para las mujeres y sus familias, especialmente los niños.
Con cuatro hijos en promedio, las mujeres de las minas viven sin agua potable por tubería, sin acceso a sistema de alcantarillado y con una serie de limitaciones que hacen de sus condiciones de vida una de las más precarias del país.
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Palliris existirían en los sectores denominados La Plata, Caracoles y Robertito en el Cerro Rico de Potosí.
Ganan entre 500 a 1.000 Bolivianos
Las mujeres que trabajan para cooperativistas mineros perciben en promedio entre 500 a 1.000 Bolivianos y una sola de ellas percibe un ingreso de 1.500 Bolivianos.
Actualmente el salario mínimo nacional es de 2.121 Bolivianos pero esas mujeres que trabajan las 24 horas al día, los 7 días a la semana no acceden nisiquiera a ese monto.
Se intentó obtener la versión del Director Departamental de Trabajo, Evert Ruiz, respecto al incumplimiento del pago del salario mínimo nacional pero estaba en una reunión.
"En caso de pérdida de algún equipo o herramienta de trabajo, ellas, asumen toda la responsabilidad, teniendo que pagar con el salario que perciben. En circunstancias extremas donde ya no perciben remuneración, el trabajo de cuidar la mina se desarrolla en una condición de servidumbre, muy bochornosa para el ejercicio de derechos", destaca el reporte.
El documento de la Fundación Jubileo muestra el drama que viven las mujeres guarda minas y llama al accionar de las autoridades del área social y económica.